En un informe reciente publicado, la UNESCO ha lanzado una severa advertencia sobre el acelerado deterioro de los océanos debido al cambio climático. Basado en la investigación de más de un centenar de expertos de casi treinta países, el informe destaca una alarmante serie de amenazas que enfrentan los ecosistemas marinos.
Una de las principales conclusiones del informe es que el ritmo de calentamiento de los océanos se ha duplicado en los últimos veinte años. A diferencia de las temperaturas atmosféricas, que tienden a fluctuar, las temperaturas oceánicas han aumentado de manera constante y sostenida. Según las estimaciones, 2023 ha sido uno de los años con el mayor incremento de temperatura del océano desde la década de 1950.
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Este calentamiento continuo de los océanos es particularmente preocupante dado que el océano absorbe el 90% del exceso de calor liberado en la atmósfera. Como resultado, los niveles del mar han aumentado nueve centímetros en los últimos treinta años debido a la expansión térmica del agua.
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Superando los Objetivos del Acuerdo de París
El informe también señala que las temperaturas oceánicas ya han aumentado en promedio 1.45ºC desde los niveles preindustriales, superando en algunas regiones los objetivos establecidos en el Acuerdo de París de 2015. Zonas como el Mediterráneo, el Océano Atlántico Tropical y el Océano Meridional ya han sobrepasado el límite de aumento de 2 grados centígrados que se fijó la comunidad internacional para mitigar los efectos del cambio climático.
¿Cómo nos afecta el calentamiento de los océanos?
El calentamiento de los océanos tiene efectos devastadores en la biodiversidad marina. La oxigenación del agua ha disminuido un 2% desde 1960 debido al aumento de la temperatura y los contaminantes, creando más de 500 “zonas muertas” donde la vida marina es prácticamente inexistente. La pérdida de hábitats críticos como manglares, praderas marinas y marismas, que ha alcanzado un 30% desde 1970, agrava aún más esta situación.
Además, la acidificación de los océanos, resultante de la absorción del 30% de las emisiones de combustibles fósiles, representa una grave amenaza para los organismos marinos y los servicios ecosistémicos. La UNESCO advierte que la reducción de la biodiversidad, la degradación de los hábitats y la amenaza a la pesca y la acuicultura podrían tener consecuencias catastróficas para la seguridad alimentaria global.
El plástico: Una amenaza creciente
Desde la década de 1990, la cantidad de plásticos en los océanos ha crecido considerablemente y continúa aumentando a un ritmo acelerado. Esta acumulación de desechos plásticos no solo contamina el agua, sino que también impacta la vida marina, creando problemas que van más allá del “espacio operativo seguro para la humanidad”.
Consumo Sostenible
El crecimiento de la población global, estimado en 2.000 millones de personas adicionales en los próximos 25 años, añade más presión sobre los océanos. El consumo per cápita de alimentos de origen acuático ha crecido el doble de rápido que la población en la última década, y no toda esta producción se destina al consumo humano. Gran parte se utiliza en la cría de cerdos, aves de corral y suplementos nutricionales, incrementando aún más la demanda sobre los recursos marinos.
La comunidad científica y la UNESCO hacen un llamado urgente a la planificación del espacio marino para gestionar de forma sostenible las actividades humanas, como la pesca y la infraestructura. A finales de 2023, 126 territorios, principalmente en África y Oceanía, han asumido este compromiso.
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