SISMO

¿Qué son los microsismos y qué los originan en la Ciudad de México?

Estos movimientos telúricos despertaron preocupación en la población, ya que aunque los microsismos no suelen causar daños mayores, su ocurrencia frecuente puede generar incertidumbre

Créditos: Cuartoscuro
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El pasado jueves 26 de septiembre de 2024, la Ciudad de México fue sacudida por una serie de microsismos que provocaron inquietud entre sus habitantes. Desde la madrugada hasta la tarde, se registraron nueve de estos movimientos telúricos en diferentes zonas de la capital, con magnitudes que oscilaron entre 1.0 y 2.9. Aunque de menor intensidad que los terremotos a los que los capitalinos están más acostumbrados, estos microsismos generan nerviosismo debido a su cercanía y frecuencia. Pero ¿qué son realmente los microsismos y qué los originan en la Ciudad de México?

¿Qué son los microsismos?

Los microsismos son sismos de baja magnitud que normalmente no superan los 3,0 grados en la escala de Richter. A pesar de su aparente inofensividad, estos movimientos pueden ser sentidos por la población, especialmente si ocurren en áreas densamente pobladas como la Ciudad de México. A diferencia de los terremotos más potentes, los microsismos no suelen generar daños severos, aunque pueden causar temor e incomodidad, sobre todo cuando se producen en secuencias, como ocurrió el pasado 26 de septiembre.

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¿Por qué se originan los microsismos en la CDMX?

Los microsismos que se presentan en la capital mexicana tienen su origen en la liberación de energía acumulada en fallas geológicas locales, específicamente en el sistema de fallas de la Sierra de las Cruces. Este sistema geológico se encuentra al poniente de la ciudad, separando el Valle de México del Valle de Toluca. Según especialistas del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este sistema de fallas es responsable de la mayoría de los microsismos que sacuden la ciudad, debido a que la energía acumulada se libera en forma de pequeños sismos que pueden ocurrir. de manera frecuente.

Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología de la UNAM, explica que los microsismos no son el resultado de un único evento principal con réplicas, como sucede con los sismos de mayor magnitud. En cambio, estos sismos se presentan en secuencias, con magnitudes muy similares, liberando la energía acumulada en la falla de manera continua y gradual.

Las placas tectónicas, al no estar estáticas, se mueven constantemente, acumulando esfuerzos en las fallas geológicas, lo que eventualmente provoca su liberación en forma de sismos. "Es como una liga que se estira hasta romperse", dice Quintanar Robles. Sin embargo, a diferencia de los grandes terremotos, los microsismos duran muy poco tiempo, entre uno y dos segundos, lo que hace que sus efectos sean mucho más localizados.

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La relación entre los microsismos y los sismos mayores.

El mismo día que ocurrieron los microsismos en la Ciudad de México, se registró un sismo de magnitud 5.2 en las cercanías de Ciudad Altamirano, Guerrero, lo que llevó a algunos a preguntarse si existía una relación entre ambos eventos. Sin embargo, los expertos han descartado cualquier conexión. Mientras que el sismo en Guerrero fue causado por la interacción de las placas oceánica y continental a una profundidad de 40 a 50 kilómetros, los microsismos de la Ciudad de México se originan en fallas geológicas locales a profundidades mucho menores, de entre uno y 1.5 kilómetros. .

El impacto de los microsismos en la CDMX

Aunque los microsismos no suelen ser destructivos, su impacto no debe subestimarse. La cercanía de su epicentro a la superficie de la ciudad hace que la aceleración sísmica sea intensa, lo que puede causar agrietamientos o daños menores en construcciones mal diseñadas o que no cumplen con las normas actuales de seguridad estructural.

A diferencia de los grandes terremotos que activan la alerta sísmica, los microsismos son tan breves que no permiten que se emita una señal de advertencia. Esto significa que, en caso de un microsismo, la población no recibe aviso alguno, lo que puede aumentar la sensación de vulnerabilidad. No obstante, los expertos recomiendan reforzar las construcciones para evitar daños mayores en caso de estos eventos o de sismos de mayor magnitud.

La Ciudad de México, debido a su ubicación geológica, es susceptible a la ocurrencia de microsismos. Estos eventos, aunque de baja magnitud, son producto de la liberación de energía en fallas geológicas locales, como la Sierra de las Cruces. Si bien no suelen ser devastadores, su impacto puede sentirse en construcciones vulnerables y generar una constante recordatoria de que la capital mexicana se encuentra en una zona de alta actividad sísmica. Ante la imposibilidad de preverlos, lo mejor que pueden hacer los ciudadanos es asegurarse de que sus viviendas y lugares de trabajo estén preparados para soportar tanto microsismos como terremotos de mayor magnitud.

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